Estamos acostumbrados a oír y leer en los medios de comunicación los términos desempleado y parado como si fueran sinónimos, pero nada más lejos de la realidad. Son palabras muy diferentes que sin embargo utilizamos indistintamente, para definir a una persona que no dispone de un puesto de trabajo. El matiz diferenciador nos lo podemos imaginar fácilmente.
La mayoría de las personas que atraviesan por esta situación, están buscando trabajo y mientras llega ese día llenan su tiempo con una amplia gama de actividades como por ejemplo practicar algún deporte para mantenerse en forma, hacer cursos de formación para reciclarse profesionalmente o para aprender un nuevo oficio y también leer para abrir la mente y adquirir cultura, también es muy enriquecedor colaborar con alguna ONG. Nunca sabemos en qué momento vamos a encontrar un nuevo empleo ni cuál de nuestras capacidades va a ser determinante para ser escogidos por algún seleccionador de personal, por eso es muy importante aprovechar el tiempo y ser conscientes de que nuestro aprendizaje no acaba nunca. Por muy duro que sea despertar de madrugada y ver en el despertador la hora a la teníamos que levantarnos para ir a un trabajo que ya no tenemos, debemos seguir formándonos y no ser parad@s.