Normalmente hay ciertas preguntas que suelen repetirse en la gran mayoría de las entrevistas de trabajo. Estas preguntas suelen aclarar diferentes aspectos de los candidatos que son imposibles de conocer por otros medios.
Para mostrar de una forma lo más esquemáticamente posible una parte de la amplia gama de cuestiones a las que podemos ser sometidos, las he dividido en varios grupos.
En primer lugar hablaré de aquellas interpelaciones relacionadas con nuestra personalidad:
- Descríbase a sí mismo:
Para responder no es necesario explayarnos, lo mejor es contestar de forma breve y concisa. Por ejemplo:
. Me definiría como una persona que no se cansa de aprender.
. Soy una persona muy positiva
. Me considero una persona motivada con muchas ganas de trabajar.
Son algunos ejemplos de respuestas, pero lo mejor es contestar centrándonos en nuestras cualidades y pensar qué podemos aportar a la empresa.
- ¿Cuáles son sus mayores virtudes?:
Este tipo de pregunta también sirve para que el entrevistador se haga una idea de lo que podemos aportar, como en la anterior cuestión debemos hablar de nuestros puntos fuertes, por ejemplo:
. Me comprometo totalmente con mi trabajo
. Soy una persona acostumbrada al trabajo en equipo
. Acepto bien las críticas y aprendo de mis errores.
- ¿Cuáles son sus mayores defectos?
Es una pregunta especialmente difícil de contestar, parece una contradicción porque se supone que en las entrevistas de trabajo debemos resaltar nuestras cualidades, pero con esta interpelación, la intención de la empresa es calcular nuestro grado de sinceridad. Al contestar a esta cuestión lo ideal es "dar la vuelta" a algo que en principio puede resultar negativo para nuestra futura contratación y convertirlo en positivo.
Posibles respuestas podrían ser:
. Una de las áreas en las que podría mejorar sería prestar más atención a mi salud física, pero me he propuesto ir al gimnasio.
. Me he propuesto dar más importancia a mi formación y cultura y tengo como objetivo leer al menos un libro al mes.
. Puedo ser muy tenaz cuando pienso que tengo la razón, pero reconozco que no se debe decir las cosas de manera demasiado contundente.
En conclusión, no debemos aprendernos de memoria respuestas determinadas para decirlas en la entrevista como "papagayos". Lo mejor será prepararnos mentalmente para responder inteligentemente relajándonos, respirando hondo y analizando profundamente nuestra personalidad siempre con actitud positiva. De esta forma nuestra entrevista de trabajo tendrá naturalidad.
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